Si hay algo que debería preocuparnos a todas las personas sin importar nuestro género, edad u orientación sexual, es la crisis ambiental por la que está atravesando nuestro planeta. Esto parece totalmente lógico y comprensible, pero un estudio reciente indica que algunos hombres no piensan lo mismo.
Una investigación realizada por la Universidad de Penn State de Pensilvania, EU y publicada en la revista Sex Roles, encontró que las personas asocian las actividades pro ecología con un género, y por lo tanto, hay quienes creen que el hecho de que un hombre haga lo que socialmente es aceptado para mujeres y viceversa, podría poner en duda sus roles de género y su orientación sexual.
Tras realizar distintas pruebas a cerca de mil hombres y mujeres, se encontró que para algunos hombres todavía representa un problema ir a hacer comprar utilizando una bolsa de tela, pues esto pone en duda su masculinidad, lo que no pasa cuando su empacado se hace en el mismo objeto, pero de plástico desechable.
Los resultados se repitieron cuando se trató de evaluar otras actividades como reciclar, separar la basura o hacer composta, pues en general, se considera que estas preocupaciones son cosa de las mujeres, o bien, de homosexuales (tanto lesbianas como gays).
Adicionalmente, muchos de los participantes en las encuestas consideraron que apoyarlas, realizarlas o convivir con quienes los hacen, podría hacer que otras personas los concibieran como "no conformes" con su género.
Por otro lado, las y los encuestados, fueron entrevistados sobre con qué personas preocupadas por el medio ambiente preferían trabajar o relacionarse y los resultados mostraron que una vez más los estereotipos se reproducían.
Por ejemplo: Los hombres heterosexuales cisgénero, prefirieron mantener distancia de las mujeres que realizaban actividades típicamente asociadas con los roles masculinos.